Crónicas Urbanas

7/31/2005

¿De que se ríe la gente?

Es inevitable. Cada vez que me toca interactuar profesional o personalmente con grupos de personas, un porcentaje del tiempo tiene que estar dedicado a reirse. El sentido del humor forma parte de las relaciones que establecemos entre las personas y parece ser uno de los recursos más eficientes al momento de generar espacios de confianza.

Curioso, porque en mi experiencia de formación personal me enseñaron que "la risa abundaba en la boca de los tontos" y que en cierta forma quien muho se ríe es sospechoso(a) de carecer de la rigurosidad que debe caraterizar las relaciones entre las personas. Pero en la práctica, mis mejores amigos y muchas de las personas que admiro por su rigurosidad y fortaleza suelen reirse habitualmente, incluso de mi.

Me gustaría hacer un buen tratado de las razones que explican por qué se ríe la gente. Creo que tengo bastante experiencia en reirme y en hacer reir y algunas cosas he aprendido al respecto.

Solo como forma de introducción me permitiría mencionar dos datos:

Las personas nos reímos de lo divergente, es decir de aquellas cosas que no podrían ser si todo funcionara normalmente. Es la risa por lo diferente, por aquellas "locuras" que sobrepasan nuestra imaginación habitual y provocan una ruptura en la estructura lógica natural con la que leemos y comprendemos las cosas cotidianamente. Entonces, ante la sorpresa de una imagen rídicula o de un cuento absurdo (también conocidos como chistes) reaccionamos con una carcajada. Eso, siempre y cuando la imagen sea lo suficientemente divergente para provocarnos la reacción de la risa.

Las personas nos reímos de la exageración creativa. De aquellas situaciones que amplifican las fallas y defectos, las emociones o las reacciones habituales, las conversaciones cotidianas, los hechos públicos de conocimiento masificado y las carencias de nuestras culturas subjetivas. Estas exageraciones son una suerte de sociología lúdica popular, que nos permite hablar lo que no nos atreveríamos a decir de otra forma. Una manera de explicar fenómenos incomprensibles para la mayoría de nosotros. Y nuevamente, la risa surge como una reacción aceptable a estos fenómenos.

Tiene que haber muchas otras razones que expliquen la risa.

Lo importante es que si las detectamos, también podamos reirnos de esas mismas razones. Sino, la vida sería muy seria y opaca.


 
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